sábado, 25 de julio de 2015

Examíname, Oh Dios,
y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos.
Vé si hay en mi camino perversidad,
y guíame en el camino eterno.
(Salmo 139, 23-24)

El desvío de los ignorantes los matará,
y la prosperidad de los necios
los echará a perder.
(Proverbios 1, 32)

La senda de los justos
es como la luz de la aurora,
que va en aumento hasta que el día es perfecto.
El camino de los impíos es como la oscuridad;
no saben en qué tropiezan.
(Proverbios 4, 18-19)

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